Dear Sister, Let's Talk Hopelessness

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trigger warnings: depression

Algo básico en la vida cristiana es agradecer a Dios por un día más de vida ¿pero que pasa cuando sientes que no tienes razones para agradecer por un día más de vida?

Cuando miras a tu alrededor y todo lo que ves es fracaso, un mundo en que las personas se hacen daño los unos a los otros, tu dolor parece no acabar y es una cosa mala detrás de la otra, estancada y sin salida.

Así es como yo me sentí y a esta etapa de mi vida la llamo la temporada de oscuridad, por que así es como me sentí en aquel momento y por que las memorias de entonces no son tan claras. 

Nunca pensé que estaba deprimida, la depresión era algo que otras personas padecían pero yo no, por que a mi no me había pasado algo realmente malo para deprimirme. Aún así, un día (no recuerdo el por qué) me encontré buscando los síntomas de depresión en internet y me identifiqué con la mayoría de ellos. La realidad es que no siempre recibir una noticia que no es positiva es malo, en este caso, el identificar la raíz de todo lo que estaba experimentando, significó una luz en el pozo oscuro en el que me encontraba. 

No le dije a nadie excepto a Dios, esto no lo recomiendo del todo ya que hablar con alguien de confianza, que pueda ayudar siempre es importante, pero en ese momento me sentía muy sola, una de las razones de mi depresión, era que estaba en un proceso de gran transición y no tenía con quien desahogar lo que cargaba. Tampoco busqué la ayuda de un psicólogo, otra cosa que es importante y recomiendo. 

Si eres alguien que está pasando por una situación similar, hay recursos y ayudas accesibles desde tu teléfono e incluso gratuitos. A través de Soul Share Health puedes identificar esos recursos disponibles en tu país. La vida puede tener color otra vez con las herramientas correctas.

 

Quiero aclarar que esta es mi experiencia, no es una guía de como superar la depresión, no soy una profesional de la salud mental ni estoy calificada para ello. La razón por la que comparto mi historia es por que pienso que este es un tema que necesita ser más hablado en la iglesia. Jesús y la salud mental van de la mano. En la misma biblia tenemos a un hombre cansado, con el peso del mundo en sus hombros que se quería morir y Dios mismo lo alimentó y le hizo descansar, por que aunque esta no es la regla, muchas veces la causa de una salud mental en detrimento es el cansancio y no cuidar bien de nuestros cuerpos. 


‬ Quiero que sepan que siempre hay una salida y que si hay alguien a quien puedo recomendar sin duda alguna para atravesar la oscuridad es a Jesús. Él es a quien más necesitamos y ¿no es Él la luz del mundo?


Jesús es suficiente, Él es la respuesta. Pero ¿saben algo hermoso que Dios nos permite? Los médicos y la medicina. Tratarse con profesionales a veces es necesario y estamos en una época en la que todos debemos hablar con alguien que nos ayude a navegar las cosas de la vida, esto es un regalo de Dios. Este es un proceso en el que la práctica de la medicina y Dios no son mutuamente exclusivos. ¿Puede solamente Dios sanarte sin acudir a la ciencia? Totalmente, mi testimonio es prueba de ello. Pero no quiero que se interprete como que la medicina y los psicólogos son malos. Creer en la medicina no significa dejar de creer en Dios. Ambos pueden ser parte del mismo proceso de sanidad.

No lo sabía, pero por años había tenido episodios depresivos. No quería levantarme y solo quería dormir las dificultades, por que aunque sabía que los tiempos difíciles no son eternos yo simplemente quería dormir a través de ellos hasta llegar al otro lado. No tenía sueños para el futuro, ni cosas que me emocionaran, estaba apática, irritable, "overwhelmed" todo el tiempo, no podía pensar claro y me sentía "foggy". Siempre quería adormecerme, incluso acudiendo a hábitos que no necesariamente eran malos pero permití que me consumieran, para poder atravesar las dificultades. Por que el no sentir era mi mecanismo de defensa, a veces podía venir un pensamiento a mi mente y antes de procesarlo, ya me había adormecido a ello. 

Me sentía cansada mental y físicamente, todo el tiempo, la mayoría de las tareas me sobrecargaban, así que solo me enfocaba en lo realmente importante como someter una tarea de la universidad. Incluso fracasé una clase de matemáticas, ya que no la entendí fácilmente y tampoco le dedicaba demasiado tiempo, no tenía la energía. Algo que mirando atrás debió ser un indicio, viniendo de una persona que creció pensando que las 'B' eran una nota baja. Estaba en modo de supervivencia.

Lo que aprendí es que cuando tu mente está lidiando con un trauma que no se procesa, todas tus energías son consumidas por ese proceso mental del cual tal vez uno no está consciente, pero se está manifestando en todo nuestro ser. Es por eso que procesar las experiencias y las emociones es importante. Un trauma se puede generar de muchas formas. Tenemos la percepción de que alguien tiene que ir a la guerra o tener un accidente para tener un trauma, pero la realidad es que cosas como mudarse frecuentemente durante la infancia, presenciar el bullying de alguien más, crecer sin una madre y hasta una mala experiencia con un doctor en un momento delicado puede generar traumas (estos son ejemplos). 

Lo que en mi caso levantó alarmas en mi sistema fue el momento en el que sentí como que no me quedaban fuerzas y como yo sabía que en el cielo no experimentaría nada de lo malo de la tierra, yo quería que Dios me aspirara de la tierra, por que ya no quería seguir aquí. Ese fue mi pensamiento exacto.

Me sentía desesperanzada, como que esta vida de por sí no tenía sentido y mucho menos si yo, teniendo a Dios me sentía así.

Como comenté antes, las memorias de estos episodios no son tan claras pero yo mantengo un cuaderno en donde documento como me siento. Esto es algo que no puedo recomendar lo suficiente, escribirlo todo, lo bueno, lo malo y todo lo del medio. Es un privilegio el poder acceder a nuestros pensamiento y vivencias cuando hay memorias que se desvanecen y ya no son tan claras con el pasar de los años. 

Desde el comienzo de mi proceso de sanidad, Jesús estuvo, guiándome paso a paso. Yo siempre digo que Él es mi psicólogo, me guió a comprender muchas cosas que yo había enterrado dentro de mi y me ayudó a procesarlas. A volver a sentir y perder el temor a las emociones profundas. Él incluso sanó mi manera de ver las cosas que más me lastimaron. En un proceso de solo Él y yo. Yo no sabía que eso era posible. Nuestra historia no se puede cambiar, pero Dios puede redimir la manera en la que la vemos y la procesamos. 

¿Pero saben qué? Dios no solo me sanó, Jesús me devolvió la esperanza. 

Recuerdo que estaba escuchando un podcast de una psicóloga cristiana, se los recomiendo, se llama "The Best of You" de la doctora Alison Cook y ella utilizó una palabra que me llamó mucho la atención, 'Sozo'. Su origen es griego y se traduce a "salvación" en español. Pero el significado de 'sozo' es lo que más me impactó, esta palabra se utiliza para describir la plenitud, la sanidad del alma, cuerpo y espíritu. Es una restauración total. Eso es lo que significa la salvación. 

Este descubrimiento me llevó a profundizarme en la verdad de la salvación y esto fue lo que me devolvió la esperanza y las ganas de vivir. Por que hasta ese punto yo sabía que al hacer confesión de salvación somos salvos del poder del pecado para poder vivir. Pero en que implicaba la salvación realmente, estaba perdida. Ya había hecho confesión de salvación, pero le pedí a Dios que me salvara, que me permitiera experimentar su salvación, de lo que realmente se trata y no puedo decir que repentinamente la depresión se fue y fui plena, pero todos los días le pedí a Dios que me salvara y gradualmente ese velo limitado a través del cual veía la vida en mi oscuridad, fue levantado y el mundo cobró color. 

Por que yo sabía que las cosas malas en la vida eran inevitables y sabía que Dios seguía siendo bueno, yo lo sabía, pero había perdido toda esperanza, estaba adormecida y vacía.

Pero mi esperanza fue devuelta en Jesús que murió para que yo pudiera pasar una eternidad con Él, en que después de la muerte hay vida y esta vida es una de plenitud, en la que mi ser entero será restaurado, pero la vida no comienza luego, sino todos los días por medio del espíritu santo, que nos da una probadita de lo que es el cielo a través de su presencia en nuestras vidas aquí en la tierra. Él le da propósito a cada día. Hay esperanza para el mañana pero también hay esperanza para hoy.

Tengo esperanza otra vez, para el futuro y para el presente, disfruto los pequeños momentos como un buen matcha, la paz en el silencio y la compañía en el ruido, la naturaleza, conversaciones triviales y conversaciones profundas. Ahora no solo me ocupo de las cosas grandes, como entregar una tarea y cumplir con obligaciones, sino que puedo ver las pequeñas cosas que antes no tenía la energía para atender y pasaba por alto, como el polvo en una tablilla y actualizar un calendario de decoración a diario. 

Por que algo que aprendí es que uno se da cuenta de cuan mal se estaba, hasta que llegas al otro lado. 

No diré que ya no hay días en los que me cuesta salir de la cama, pero si diré que he aprendido a reconocer esos síntomas y a atenderlos antes de que empeoren, hablándolo con alguien de confianza, con prácticas como journaling, llevar mis emociones a Dios y sentirlas, ejercitándome, estableciendo hábitos que me motiven cada día, leyendo verdad en la biblia y unas cuantas cosas más.

Pero cada día, le agradezco a Dios por darme las fuerzas para levantarme de la cama un día más. Siempre me pongo emocional cuando pienso de donde Dios me sacó, la claridad de mi mente hoy día, la motivación, la energía para completar tareas y el poder sentir alegría. Por que en la desesperanza de la oscuridad parece que no hay salida, pero yo le sirvo al Dios que abre camino de entre las aguas, así que toda la gloria es para Él. La luz siempre vence a la oscuridad.

 

 

 

 

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