En proceso de obras
Por que las mejores cosas no se apresuran, sino que toman tiempo.
Olvidamos que la obra no ha terminado. Por que somos seguidores de Jesús podemos pensar que ya tenemos la vida resuelta y que su presencia en nuestras vidas equivale a una transformación instantánea, en la que simplemente ya somos perfectas. Cuando lo cierto es que hasta el momento en que exhalamos por última vez, somos obras en proceso .
Él es el alfarero y nosotras somos el barro. A veces podríamos pensar que finalmente hemos llegado a un estado de shalom , pero recibimos un golpe que nos desestabiliza y pedazos de nosotras vuelven al suelo. Después de tanto que habíamos avanzado sentimientos que volvimos a retroceder dos veces más el progreso. Entonces, duele más el sentirnos que volvemos atrás y que el tiempo invertido fue una pérdida, que el mismo golpe recibido.
Pero la buena noticia es que el alfarero no detiene su obra hasta que el resultado sea perfecto y no hay tiempo desperdiciado para Él. Continuará trabajando hasta que tú y yo, como barro dispuesto a ser moldeado tengamos la forma que Él desee.
Aunque el ser moldeadas puede ser un proceso doloroso y frustrante, nuestra consuelo está en la promesa de que el resultado final valdrá las lágrimas.
¿Te cuento algo hermoso? Él transformará tu lamento en alegría (Salmos 30:11).
No te desanimes, ni pierdas la esperanza cuando sientas que los procesos no terminan, por que al final de la carrera escucharemos "Bien hecho, mi buen siervo fiel" (Mateo 25:21).
Shalom : paz, plenitud, armonía.
Isaías 64:8, Salmos 30:11, Mateo 25:2, 2 Corintios 4:16-18